REYES MAGOS

 

   Si de niño hubo un día que sobresalió sobre todos los otros ese fue el de reyes. Más que el día de nuestro cumpleaños, más que el de festejo del fin de curso escolar, más que cualquier otro. No se trataba de que durante el año ansiáramos su llegada, solo acontecía. Durante Nochebuena y Navidad no pensábamos en el día de reyes, solo en el niño. Quizá sí, llegado el nuevo año empezábamos a notarlo. 

   La ansiosa noche del cinco de enero y el despertar temprano del seis para correr a la calle y compartir, con todos los vecinos, nuestros juguetes y sus juguetes. Niños más grandes, niños pequeños, la calle se llenaba de algarabía. Era un barrio periférico del Uruguay de mediados y fines de los años cincuenta.

   La bendición de vivir en un pueblo chico; a una calle y media terminaba en el campito que después nos conducía al río. Hacia el otro extremo cuatro o cinco calles después se arriba al centro de la ciudad.

Barrio de gente honrada y solidaria cuyo mayor anhelo consistía en ver felices a sus hijos.

   Me veo también veinte años después, ya en los ochenta, dejando los regalos en casa de mis padres e irlos a buscar después que mis hijas se dormían. No sin antes haber dejado el baldecito de playa lleno de agua y algo de pasto para los camellos; en el hermoso verano de nuestro país. Armar en silencio y llenar sus zapatitos y los nuestros con los regalos que habíamos tardado en elegir.

   O cincuenta años después, mientras cambiaba el siglo, enseñando a gatear a mi nieta mayor. Claro que está mal; hay que enseñarla a caminar; pero son tan lindos los bebés gateando. Dicho sea de paso, no lo conseguí.

   Hace dos mil años Jesús se manifestó a los pastores que estaban cerca; ellos eran judíos. La importancia del día de reyes consistió en que se manifestó a los magos de oriente, es decir a los paganos, a los no judíos. Hoy es a la inversa, Dios se ha manifestado a todos, aunque no quiera ser escuchado, no a los judíos precisamente. Esos judíos de hoy no fueron todos los judíos, no fueron los que siguieron a Jesús. Dentro de ellos se encontraban los apóstoles, se encontraba Pablo converso y muchísimos otros. Los judíos se dividieron y lo que llamamos judíos hoy son solo los llamados rabínicos. El resto simplemente son cristianos.

   De niño me llamaba la atención la palabra epifanía, que la escuchaba ese día y sin conocer su significado un rato después la había olvidado; como siempre los curas utilizando palabras difíciles. Palabras que luego adquieren su significado y se hacen sencillas. ¿Cuál es, para nosotros, el significado de epifanía hoy?

   Ciertamente hemos fallado más que las veces que creemos haber acertado. En ocasiones hemos prestado dinero a quien sabíamos nunca nos lo devolvería, hemos dado trabajo a quien no sabía trabajar. Intentamos… no siempre dio frutos.

   Otras veces ante un qué lindo eso, no respondimos nada. Había comprado un morral con varios compartimentos. Días después llegó mi nieta mayor y me dijo que lindo… no respondí nada. Pasaron algunos años. Hoy hace un año que se recibió de contadora, que tiene un buen trabajo, que llegó a mi casa con un morral similar. Nos miramos y ambos sonreímos. Nos dijimos mucho sin pronunciar palabra.

   Había traído una imagen en madera del Cristo del Corcovado. Llegó mi madre a mi casa y dijo que lindo… no dije nada. Pocos meses después ella falleció. Falleció muy joven. Hace de esto treinta y cinco años. Siempre me lo reproché. No me hubiera costado nada tomarlo y dárselo. Hoy, recién hoy, al escribir esta entrada en el blog, me doy cuenta de que yo lo necesitaba mucho más que ella.