Estuve toda la tarde mirando y
seleccionando papeles, apuntes, trabajos de estudiantes, artículos técnicos,
cuadernos. Algunos temas garabateados en blocks de hojas cuadriculadas amarillas,
esquemas, dibujos, ecuaciones, textos, todos sobre trabajos realizados o solo
proyectos. Apilé en varios montones, todo tipo de cosas algunas relativamente
recientes, otros de más de treinta años y las arrojé al contenedor.
Fue una especie de adiós a todos esos
esfuerzos y desvelos realizados y que ya no volveré a ver. No sentí tristeza,
sentí satisfacción.
Atrás quedaron cuarenta generaciones de
estudiantes, también la industria y cientos de obras, solo me
resta finalizar los dos últimos proyectos de ingeniería, pero ahora las
herramientas son otras.
Es pasar de una etapa a otra, como se
cambia de la escuela al liceo, de ahí a facultad, de ésta al ejercicio de la
profesión y unos años después jubilarse, o lo que es equivalente emprender
otras tareas.
Y, ya estoy intentando nuevas tareas, hace
dos años que vivo en una granja, estoy ahora más en contacto con la naturaleza,
aunque mi trabajo nunca consistió en quedarme en el escritorio sino que
fundamentalmente viajé de un lugar a otro detrás de las obras. Estoy aprendiendo
de animales, de plantas, de frutales, de la vida del hombre y la mujer de campo,
de la escuela rural.
Por
otra parte estoy intentando escribir:
-
Narrar historias, sueños, amores, reírme,
disfrutar de la literatura como disfruté de la matemática y de la física, en particular
del electromagnetismo. Dios dirá.
¡Vaya!.
Mi nueva profesión será ahora ESCRITOR AFICIONADO, aparte de
fanático lector, por supuesto.
Es así que mientras manejo el tractor
pienso en historias, mientras se asa el cordero u hornea el pan anoto ideas, mientras
espero que la uva fermente escribo. Con el vino en la copa reviso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario